Comemos en el Altillo, en una pequeña terraza del bar Oleaje.
No te levantes de la mesa sin degustar el salpicón de mariscos.
Ideal para visitar en familia, picar con amigos o llevarte la comida a casa o de paso para la playita.
Sencillez, servicio rápido y familiar, y lo mejor es la buena relación "calidad precio".
Un sitio para comer bien, disfrutando de una vista a la montaña. Fácil aparcamiento.
El jefe!! Un hombre sencillo que hace de su bar un sitio de encuentro donde prima la buena comida con el toque personal canario. |
Fuimos 9 personas a comer en la terraza y...nos dijeron que no porque llevabamos un perrito de 4 k!!!. Esto no nos había pasado nunca y menos en un bar de esa categoría. Alucinamos!!!. Cuanto más progresista, adelantada e intelectualmente desarrollada es una persona más permisiva es con los animales, y al contrario.
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